11 de mayo
El mes de mayo inició en Nicaragua con una de las redadas más violentas de los últimos meses: al menos 57 personas entre periodistas, activistas políticos y defensores de derechos humanos fueron arrestados y acusados penalmente por el gobierno de Nicaragua sin juicio alguno y en medio de allanamientos arbitrarios nocturnos, que generaron zozobra e incertidumbre entre la población.
La nueva oleada de terror se produjo a partir del miércoles 3 de mayo en distintas zonas del país y de manera simultánea, involucrando a decenas de contingentes policiales y de fuerzas antimotines que asaltaron las viviendas para llevarse por la fuerza a los detenidos, sin orden judicial de arresto ni de allanamiento.
Las capturas comenzaron la noche del 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, y volvieron a poner en agenda la situación represiva que sufre Nicaragua, donde el gobierno ha demolido las libertades fundamentales mientras impide ejercer el derecho humano a pensar, expresarse y comunicar ideas.
“Los tiranos le temen a la palabra”, resumió la poeta y novelista Gioconda Belli, presidenta del centro PEN Nicaragua y exiliada por segunda vez a causa de la persecución del régimen de su país, en una entrevista que reproducimos parcialmente al final de este documento.
Tres periodistas detenidos arbitrariamente
Entre las personas afectadas figuran los periodistas Hazel Zamora, corresponsal del Canal 10 de televisión en la ciudad de Bluefields (surcaribe), Oscar Vallecillo, empleado de la misma televisora, y William Aragón, excorresponsal del diario La Prensa en Nueva Segovia (noroeste). Los tres fueron detenidos durante varias horas y luego liberados, con la advertencia de que habían sido acusados por delitos “en perjuicio del Estado nicaragüense” y que a partir de ese momento debían presentarse diariamente ante las autoridades de la Policía, como una forma de mantener control sobre ellos.
Hazel Zamora fue arrestada el 4 de mayo por la policía frente a sus dos hijos de 11 y 9 años de edad cuando se disponía a viajar en un autobús desde Managua hacia Bluefields. Simultáneamente, su vivienda en la ciudad caribeña estaba siendo allanada por policías y sustrajeron sus equipos de trabajo, según denunció el portal Alertas Libertad de Prensa.
William Aragón fue detenido el 3 de mayo por la noche en la ciudad de Estelí. Relató a la publicación Confidencial Digital que su vivienda fue cercada por ocho patrullas policiales cercaron su vivienda, de la que se llevaron dos computadoras, incluida la de su hija, memorias, documentos personales, dos celulares y le dijeron que debía acompañarlos a Managua porque era una “orden a nivel central”.
“A mí nunca me dijeron por qué me detenían”, relató el veterano periodista, que tras las protestas de 2018 fue amenazado de muerte y arrestado en una ocasión. Aragón fue liberado horas después de haber sido detenido por la Policía de Daniel Ortega.
A las agresiones sufridas por los tres comunicadores se suma la detención del joven periodista Víctor Ticay, que el 7 de mayo cumplió un mes recluido en una celda de un cuartel policial de Managua. Ticay, corresponsal del Canal 10 de televisión para la zona de Nandaime (sur) y director de la página de Facebook La Portada, fue detenido por la policía durante la Semana Santa, sin mediar explicaciones, después de que intentó filmar una procesión religiosa en esa localidad.
Lee aquí el posicionamiento de PEN Internacional sobre Víctor Ticay.
Ese mismo día en el municipio de Nandaime, varias personas fueron detenidas por policías y paramilitares, tras una jornada de arrestos ilegales, denunciaron organismos de derechos humanos en Nicaragua.
Victor Ticay es el penúltimo de nueve hermanos criados en una comunidad rural llamada Nandarola, ubicada a 15 kilómetros de Nandaime. A diferencia de otros profesionales que se mudan a la capital para ejercer su carrera, Ticay se abrió camino en su propio municipio, demostró que las voces locales importan, se ganó el reconocimiento y admiración de la población de Nandaime y frecuentemente era buscado por ciudadanos quienes solicitaban divulgar sus denuncias o servicios sociales, según reportó el portal 100% Noticias.
Autoridades cierran otros dos medios de comunicación
Durante la primera semana de mayo, el gobierno cerró 20 organizaciones más, con lo que suman al menos 3 mil organizaciones sin fines de lucro clausuradas. Entre las nuevas entidades proscritas figura la Fundación Cristiana de Televisión Enlace, que dirigía el ex aspirante presidencial y pastor evangélico Guillermo Osorno, a quien según la prensa se le impidió salir del país en una gira de trabajo.
La Fundación operaba el canal de televisión Enlace Canal 21 y la Radio Nexus 89.5 FM, propiedad de Osorno, al que el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) les retiró la licencia de operaciones.
Gioconda Belli: “Quieren ocultar la verdad”
"En mi país no hay libertad de acción, de expresión ni de movilización, de manera que el espacio de libertad que queda en Nicaragua es el espacio de libertad que hay en cada corazón nicaragüense”, dijo la poeta Gioconda Belli en una entrevista con la radiotelevisora alemana Deutsche Welle, tras denunciar que "la población está muy amenazada y con mucho miedo, porque la represión ha tomado un carácter general, se siente una atmósfera de espionaje constante y siguen capturando y encarcelando gente”.
Como parte de su estrategia represiva, el gobierno de Nicaragua puso en la mira a escritores, artistas y periodistas independientes. Belli es categórica: "La palabra es una amenaza para los tiranos, como se ha visto desde el principio de la historia.
Las personas que han tenido la capacidad de expresar los sentimientos populares reciben un repudio de las tiranías que quieren ocultar la verdad y dominar a la población a través de la mentira y la manipulación”.
Asimismo, rechaza el "discurso mentiroso” del supuesto golpe de Estado con el cual el régimen ha criminalizado las protestas cívicas. "Todo el mundo pudo ver las manifestaciones de miles de personas de todas las clases sociales, repudiando a Ortega por perpetuarse en el poder y por haber destruido los logros democráticos que tanto habían costado a la sociedad nicaragüense”.
"Esa es la razón de la represión: el miedo a la palabra, a la verdad y a quienes hablan con la verdad”, subraya la autora de "Truenos y arcoíris”, "El país bajo mi piel”, "Sofía de los presagios” y "Luciérnagas”, entre otras obras.
Tras el destierro de muchos periodistas nicaragüenses y el cierre de sus medios, Ortega impuso un "apagón informativo” para impedir que se conozca lo que ocurre dentro del país, donde todavía hay casi 40 reos de conciencia, entre ellos el obispo de Matagalpa (norte), monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel por negarse a ser desterrado junto a 222 presos políticos excarcelados el pasado 9 de febrero.
Según Gioconda Belli, son quienes han salido de Nicaragua los que "están derrotando el cerco de silencio a través de sus denuncias” de lo que ocurre en el país. Afuera, dice, "hay una comunidad muy grande de habladores y no nos van a silenciar”.
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